jueves, 10 de julio de 2008

Una de documentales. WOW.

Siempre me han gustado los documentales. Realmente es de los contenidos televisivos que más me merecen la pena.
Actualmente hay series buenísimas, los documentales van en función de los tiempos, y cuanta más tecnología, cámaras, vídeos y sistemas informáticos aparecen, mejora la calidad de las filmaciones y de los montajes de los documentos.
Pero el factor humano sigue siendo imprescindible. Un buen narrador, que puede ser una voz en off o directamente el protagonista del reportaje, es lo que más atractivo le proporciona a un buen documental. Y quiero hacer mi pequeño homenaje a dos documentalistas de una categoría científica y humana que supera todo lo que he visto: Carl Sagan y David Attenborough.

Con ellos el documental se convirtió en algo más que un espacio televisivo de 40 minutos, se convirtió en una obra maestra de la realización, del reportaje, de la investigación, y principalmente de la sencillez en la exposición y de la didáctica.

Con Carl Sagan los agujeros negros parecían tan simples como el hecho de que una bolita cayera por el sumidero del lavabo después de dar algunas vueltas por sus paredes y no la volvieras a ver más... Ponía en práctica experimentos simples con objetos cotidianos que verificaban leyes científicas de tan alto rango que uno no podría conocer a no ser que estudiara una carrera técnica... Y sin embargo él conseguía que cualquier profano comprendiera los principios de la física y la astronomía, porque los estaba verificando en experimentos que parecían ciencia para niños. La mayoría de estos experimentos se basaban en la dramatización de la vida de alguno de aquellos científicos a los que hacía referencia, siendo el documental a la vez una pequeña película sobre la vida de aquellos precursores y lo que habían descubierto o demostrado. Genial.
La serie Cosmos marcó un hito en los documentales para televisión. Carl Sagan nos hizo comprender que la ciencia de la astronomía no era cosa del siglo XX. Que en el siglo XX se habían descubierto los medios, o mejor aún, se habían perfeccionado, telescopios, radiotelescopios, laboratorios y aparatos de medición, y sobre todo ordenadores, muchos ordenadores recogiendo y analizando datos... Pero que el pensamiento científico es algo que acompaña al hombre a lo largo de su evolución, y que algunos pensadores de épocas remotas, de las culturas clásicas (Ptolomeo), árabes, o europeos (Tycho Brahe, Copérnico, Galileo...) de épocas en las que era tan peligroso pensar como la Edad Media o los siglos en los que la Inquisición era la ley y la justicia, habían hecho descubrimientos sorprendentes, increíblemente avanzados e intuitivos para su época y, sobre todo, para los medios de los que disponían. Al hombre contemporáneo sólo le quedaba inventar la maquinaria precisa para verificar aquellas teorías o profundizar en aquellos conocimientos.
Carl Sagan también fue escritor y novelista. Recuerdo su novela "Contacto". Se basaba en el hipotético éxito del proyecto SETI. Esas letras responden a las siglas Search of Extra-Terrestrial Intelligence. Búsqueda de inteligencia extraterrestre. El proyecto existe, es cierto, se trata de la conjunción de los radioteloscopios más potentes del mundo, que se hayan en el observatorio de Arecibo (Puerto Rico), con los ordenadores de... todo aquél usuario particular que con una conexión a Internet quiera participar en ese proyecto (aunque cuando Sagan escribió la novela, el proyecto SETI estaba en sus albores y no existía esa participación de internautas, por razones obvias... eran los años 80). En resumen, se trata de que te "bajas" un paquete de datos (que no son más que ondas de radio recogidas del espacio exterior a través de un radiotelescopio) y lo analizas con tu propio ordenador, en busca de alguna pauta que indique que ese "ruido" no es algo aleatorio, sino que es una señal "inteligente". De manera automática devuelves los resultados al laboratorio. Hasta ahora, que yo sepa, no se ha recogido nada. Sin embargo hubo un momento estelar en la investigación de SETI: La señal que se llamó WOW. En qué consistía?. Pues imaginad que tenemos un sismógrafo haciendo sus "aburridos" garabatos día y noche, siguiendo una pauta, siempre la misma. Se produce un terremoto, y entonces alguien irá a sacar el papel impreso del sismógrafo para comprobar la perturbación de la onda. Eso mismo ocurre en el SETI, los paquetes de datos se pueden imprimir y visualizar si hay algo "sospechoso". En una ocasión, creo que a finales de los 70, se imprimió una señal que parecía un desfase tan enorme con el gráfico típico, que el científico que la analizaba hizo la siguiente anotación en esa cresta de la onda: WOW!!!. Es... una exclamación. Luego parece que todo quedó en nada, pero aquello fue la base para que Carl Sagan novelara lo que ocurriría después de WOW si realmente se estableciera una comunicación con una inteligencia de otro planeta... Publicó "Contacto" en 1985.


Sir David Attenborough destaca por su narración, sencilla, elegante, sorprende por su trabajo de campo, no es el científico que desde el laboratorio o en situaciones controladas (en los documentales de naturaleza hay mucho más montaje y postproducción de lo que uno podría imaginar) estudia animales, plantas o paisajes. Es el científico que se mueve por el campo en situaciones de riesgo para acercarse a cualquier animal, vegetal o lugar, y descubrir sus aspectos más desconocidos, sus aspectos más "sociales" y sorprendentes. Aunque hoy día se vean algunos documentalistas jóvenes que protagonizan auténticas temeridades para obtener imágenes de impacto, la edad de Attenborough era ya considerable (más de 60 años) cuando realizó sus mejores documentales, y por entonces el documental no era el "reality" en el que lo han convertido algunos productores hoy día, que abogan más por el espectáculo de riesgo que por el estudio y análisis científico. Sirvan como ejemplo esos documentales que consisten en capturar los 10 cocodrilos más grandes del mundo, las 10 serpientes más venenosas... con las manos. Puro espectáculo mediático.
Si de cualquier animal, planta o lugar geográfico crees que lo sabes "todo" porque lo has experimentado, leído o visto en otros documentales, Attenborough te lo redescubrirá, sin lugar a dudas, lo analizará bajo un prisma tan diferente que pensarás que estás ante algo nuevo.
Sus series "The Living Planet", "The Blue Planet" y "Wildlife Specials" son tan sorprendentes como para disfrutar de la mejor experiencia de la naturaleza y descubrir su lado menos conocido sin moverse del salón de casa.