jueves, 19 de agosto de 2010

Seis cuentos físicamente cortos, químicamente impuros.

Seis torres. Templo de Salt Lake City


La definición de adocenado, según el diccionario de la RAE, es "vulgar y de muy escaso mérito". Imagino que el origen de esa palabra tiene que ver con la docena, porque raramente las cosas que vienen agrupadas en esa cantidad tienen un carácter original.
¿Y si tomáramos la mitad? Entonces tendríamos un conjunto medio adocenado. Y, sin embargo, el resultado podría ser brillante y espléndido, lo cuál quiere decir "magnífico, dotado de singular excelencia".
Esa es, al menos, mi valoración de los cuentos elegidos. Espero que sintáis lo mismo y que disfrutéis con la rápida, ágil y entretenida lectura de:


Si no sonríen con algunos de ellos y se sorprenden con otros tantos, comprueben que realmente han despertado y, posteriormente, que les late el corazón. Una vez hechas estas comprobaciones, vuelvan a intentarlo. Están en Químicamente Impuro.