martes, 8 de julio de 2008

Jean Paul Sartre: El existencialismo

Leí a Sartre con 17 o 18 años. La Náusea... Ahí es nada, el título invita a no leerlo, o a leerlo si eres un poco morboso y, sobre todo, has oído que ese tipo es uno de los más eminentes pensadores del siglo XX.

De qué va La Náusea?. Ni siquiera me acuerdo claramente, hace 25 años que lo leí. Pero lo que nunca dejaré de recordar son las sensaciones que produce ese libro. Me llega, me llega... me llegaba La Náusea al leerlo, algo inexplicable que se metía dentro del estómago y provocaba una sensación cercana a la arcada, al asco, a la angustia vital.

En esencia, el tema de Sartre es la insignificancia de la vida del hombre. El mundo es un lugar grato cuando tus creencias (principalmente las religiosas) te hacen sentir que eres un ser trascendente y dirigido por y hacia una inteligencia superior (dios). Dictan a tu consciencia que, por muy fútil, insatisfactorio e hipócrita que pueda ser lo cotidiano, vas a tener el beneficio de una vida eterna que colmará todas las ansias del ser humano: paz, amor, sabiduría, bienestar, justicia... infinitos. Y alrededor de esa creencia se fundamenta la ética y el pensamiento humano.
Pero qué ocurre cuando no crees en eso?. Ocurre que eres único responsable de tu propia vida y de tus propios actos, que estás solo, eres tú frente al mundo material, nada ni nadie te gobierna. El ser humano se ve inmerso en la sensación de vacío, ya no sólo porque su destino es convertirse en el no-ser, en la nada, sino por la propia nimiedad de su existencia. Esa es la sensación vital del protagonista: el tedio, el inconformismo, la insatisfacción. Sólo puede haber una salvación: el amor.

Del libro recuerdo el personaje recursivo del Autodidacta, un erudito que llevaba años en una biblioteca de... (alguna localidad cercana a París?) leyendo las estanterías desde la A hasta la Z, saciando el único objetivo de su vida: el conocimiento, y que entabla una relación con el protagonista, un investigador y biógrafo, analizando y discutiendo las cosas que leía. Parte del contenido de la obra lo ocupan las largas disquisiciones culturales y filosóficas entre ambos.
Amor sin sexo (su relación con su amada que queda en París mientras él se dedica a esa investigación, mujer en la que busca su "salvación", y a la que perderá en el transcurso de la novela), sexo sin amor (con la patrona de su habitación alquilada), cosas aparentemente cotidianas van desfilando a lo largo de las páginas, y sin embargo... escenas tan triviales como aquella en la que el narrador ve desde su balcón a una anciana doblando una esquina, están repletas de una carga emocional tan enorme que uno no logra adivinar en qué consiste. Cómo demonios lo hace Sartre para que el tiempo se detenga, que cada paso de esa mujer contenga toda una vida de recuerdos, angustias e insatisfacciones del protagonista... Y sobre todo, cómo demonios lo hace para que, mientras lo lees, y sin ser consciente de ello, te encuentres de repente analizando tu propia vida, tus propias carencias y vacíos, y sintiendo esa embestida sorda en la boca de tu estómago, La Náusea. Ese es el poder de seducción de la palabra escrita, esa es la magia de los grandes autores y pensadores.

Su tiempo de observación era infinito, toda pequeña figura u objeto servían para que este pueda exponer sus sensaciones y afirmar que cada uno de estos existen a pesar de sí mismos; cada hombre, actividad o falta de la misma y hasta la misma idea de la vida producían en él un sentimiento de profundo asco que perturbaba todo su cuerpo, lo que el autor llama "la Náusea", describiendo esta impresión como una repulsión a la cotidaneidad, banalidad e hipocresía de la sociedad, causándole el deseo "dulcemente insidioso de enfermarse".
(Fragmento recogido de una reseña en www.monografías.com)

Terrible, verdad?
Una obra maestra, no realmente de la novela (de hecho no pretende ser una novela) pero si del pensamiento contemporáneo. Poco recomendable para espíritus débiles.


NOTAS:

1) Sobre el libro: El protagonista es Antoine Roquentin, que investiga sobre la biografía de
Monsieur Rollebon, aventurero del siglo XVIII. La biblioteca y el lugar donde transcurren los hechos es la de Bouville. La casera, con la que mantiene una relación puramente física, es Francoise. La amada del protagonista es Anny. El Autodidacta no tiene nombre. Sólo es... El Autodidacta.

2) Existencialismo, una aproximación:

El existencialismo es un movimiento filosófico cuyo postulado fundamental es que son los seres humanos, en forma individual, los que crean el significado y la esencia de sus vidas. La corriente, de manera general, destaca el hecho de la libertad y la temporalidad del hombre, de su existencia en el mundo más que de su supuesta esencia profunda. Emergió como movimiento en el siglo XX, en el marco de la literatura y la filosofía, heredando algunos de los argumentos de filósofos anteriores como Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche y Unamuno.

El existencialismo generalmente defiende la no existencia de un poder trascendental que lo determine; esto implica que el individuo es libre y, por ende, totalmente responsable de sus actos. Esto incita en el ser humano la creación de una ética de la responsabilidad individual, apartada de cualquier sistema de creencias externo a él. Según el filósofo e historiador de la filosofía Nicola Abbagnano, «Se entiende por existencialismo toda filosofía que se conciba y ejercite como análisis de la existencia siempre que por "existencia" se entienda el modo de ser del hombre en el mundo. La relación hombre-mundo es, pues, el único tema de toda filosofía existencialista (...) Los antecedentes históricos más cercanos del existencialismo son la fenomenología de Husserl y la filosofía de Kierkegaard.» Abbagnano considera pensadores fundamentales de esta corriente a Heidegger, Jaspers y Sartre. (Fuente: Wikipedia)

ILUSTRACIÓN: El grito, de Edvard Munch (1893). Pintura expresionista.