miércoles, 2 de julio de 2008

Arte y evolución: Pintura



Siempre me gustó el arte, creo que todo el arte, las artes visuales, las artes escénicas, la literatura, el cine, la música.
Hablemos de las artes clásicas, la pintura, la arquitectura, la escultura. Es la primera la que más problemas me ha dado siempre en cuanto al placer estético. Mientras que en arquitectura me parece tan increíble una construcción románica como un rascacielos actual, o más aún, una construcción megalítica como Stonehenge o los moais de la Isla de Pascua, o las mismísimas pirámides, por la cantidad de ingenio y agudeza que usaban esos hombres contra la falta de medios, la pintura siempre fue el mismo arte y ha dispuesto de los mismos medios: pinceles, un lienzo y unos tubos de óleo, por simplificar.Y sin embargo la evolución de la pintura es tan brutal como la evolución de la edad de los metales a la época de los viajes espaciales. No tiene nada que ver, con los mismos medios los resultados son radicalmente diferentes. Motivos?. Principalmente religiosos, quizá cuando el hombre renacentista empezó a pintar la desnudez, lo humano y cotidiano, a desligarse de lo sagrado y a ver el mundo con los ojos de un niño-descubridor, la pintura se acercó en cierto modo a lo que hoy día conocemos: luz, naturaleza, color. Pero el resto de la pintura, de los "grandes maestros", desde lo anónimo románico al neoclasicismo, pasando por el gótico, el barroco, el tenebrismo, la religión, los obispos, los pantocrátores, los cristos y las vírgenes, las escenas de Corte... nunca me interesó nada de eso por muy maestro de la pintura que fuera el individuo que firmara o no firmara aquello. Abogo por Dalí, por Max Ernst, Gauguin, Cezanne, Manet y Monet, Paul Klee, Van Gogh, por los surrealistas, los impresionistas, cubistas, dadaístas, por todos los istas, esa gente quizá no hagan retratos perfectos como los enormes pintores del siglo XVIII, pero me emocionan, cosa que la pintura desde sus orígenes hasta el impresionismo casi nunca ha conseguido hacer. Sin embargo muero contemplando Le Moulin de la Galette de Renoir.
En COU tenía que comentar diapositivas en Historia del Arte y para aprobar (aunque nunca me conformé con eso, sacaba notables y sobresalientes en esta asignatura) había que echar flores a El Greco, Caravaggio, Rubens, o a la mismísima Capilla Sixtina, a todo lo que te pusieran por delante, pero a mi eso no me gustaba, no me transmitía, por mucho dominio de la técnica, la perspectiva o el color y la luz que pueda haber en ellos.
Sobre Miguel Ángel tengo que ser justo: me impresiona por el esfuerzo, el compromiso, la entrega de ese hombre a su proyecto y desde luego su extraordinaria capacidad y maestría. Pero el resultado... no dejan de ser angelitos jugueteando en el cielo con un dios que se aparta mucho de mis intereses, y desde luego de mis preferencias pictóricas. En cualquier caso, me quedo con sus esculturas.
"Salvo" de mi particular quema a los holandeses del S. XV, aunque eso sea pintura antigua, cómo no admirar el retrato del matrimonio Arnolfini de Van Eyck y su perrito pelo-a-pelo dibujado, y ese espejo convexo al fondo que refleja la luz y la propia escena... eso si tiene algo de emocionante, y para qué hablar del Bosco y su Jardín de las Delicias, ni el mismísimo Dalí lo hubiera soñado mejor.

Ilustraciones:
Salida de sol, de Paul Klee
Retrato del Matrimonio Arnolfini, de Van Eyck
Bal du Moulin de la Galette, Renoir
Bajo estas líneas Tríptico del Jardín de las Delicias, del Bosco