lunes, 1 de septiembre de 2008

Septiembre

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Se nos acaba el verano. Para la mayoría de la gente se acabaron las vacaciones, hoy toca trabajar, o quizá mañana porque hoy haya resaca y cualquier dolor de cabeza o el archisocorrido lumbago nos justifiquen para tener un día más de vacaciones.
Yo no estoy entre la mayoría de la gente, no tomo vacaciones en verano, simplemente porque no puedo. Y de poder... tampoco sé si las tomaría en esta época tan multitudinaria y tan ruidosa como es el verano, aunque os aseguro que muchas veces envidio a los veraneantes cuando a las 5 de la tarde estoy en el el trabajo y veo a la gente tomándose un café o una copa en las terracitas.
Por lo demás, el verano es mi época favorita. El sol da alegría, quien diga que le gusta el otoño y el invierno con sus días tristes y fríos...
Si, los días de otoño y de invierno son bonitos, pero cansan, cansan tantos meses de poca luz, de anocheceres tempranos, de kilos de mantas en la cama para abrigarse.
Afortunadamente, el otoño nos dejará imágenes como las de arriba, que en verano no podemos disfrutar. Aunque claro, el verano tiene las flores, el estallido de color. En ese sentido, yo diría que el verano es más sexual, el otoño... mucho más sensual.