Pingüino. Un animal de etiqueta

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No voy a decir que sea mi animal favorito, pero si un animal que me encanta y me causa gran simpatía y admiración.
Imagino que el animal favorito de alguien debe ser un animal de compañía, al menos es el tópico: mi perro, mi gato. Aunque últimamente mi anaconda, mi tigre... hay gente que mete en sus casas cosas inauditas, después los sacan de sus casas también de la manera menos adecuada. Así cualquier día nos encontramos que sale un cocodrilo por el retrete...

Pájaros bobos, los llamamos. De bobos no tienen nada. Son animales extraordinarios, forman familias sólidas y tienen una increíble fortaleza para soportar los climas más extremos. He visto muchos documentales de pingüinos. Las imágenes más sorprendentes, cuando llegan las grandes ventiscas a las islas heladas donde se establecen. Entonces forman una masa animal para mantener el calor. Lógicamente los que están en el centro de esas colonias, que pueden agrupar a casi cien mil individuos, conservan el calor. Pero... y los que están en los bordes del círculo?. Muchas veces me pregunto si son los desgraciados de la colonia o los más fuertes y valientes.

El pingüino es como dos animales en uno. Un animal terrestre y un animal acuático. En tierra, tiene bien ganado el nombre de pájaro bobo por sus movimientos, tan torpes como simpáticos. Pero en el mar es un torpedo, una aerodinámica perfecta impulsándose a grandes velocidades. Sorprende esta dualidad. Cuestión de medio y adaptación, no se puede ser siempre perfecto!.

Y por último, una de las escenas que más me impresiona de los pingüinos es su entrada a tierra. A veces, en aguas bravas que azotan contra las rocas, tienen la habilidad de no estrellarse contra ellas y de poner los pies en el suelo en el momento justo, dando un saltito para impulsarse hacia adentro. Y es más que emocionante aún cuando con ese movimiento dejan con un palmo de narices al león marino que trata de tragárselos. Todo un mérito. Como lo es la vida entera de estos animales.