No es mi música favorita. Más bien... nunca compraría un disco de tangos. Tan solo una vez bajé cosas de Astor Piazzolla, porque como he repetido una y otra vez en los artículos llamados "Música y Eclecticismo" (tengo en borrador la entrada número IV: los 90, que ya revisaré y publicaré en breve) la buena música no pertenece a ningún estilo o grupo: es buena música, y ya está. Y Astor Piazzolla hace muy buena música. Así de simple.
A lo que íbamos: no compraría discos de Gardel o de los cientos de tangueros que hayan hecho grabaciones. En Radio Estepona de la cadena SER ponían -no sé si siguen poniendo- un programa dedicado al tango los sábados o domingos por la mañana, muchas veces (ya no escucho la SER, prefiero Onda Cero, pero de esto ya hablaré...) me despertaba con un sonido de bandaneon y un tipo cantando tangos... y bueno no aguantaba más de 5 o 10 minutos, aunque le reconozca el mérito.
Y sin embargo, el baile... ahhhhhh el baile del Tango (con mayúsculas) es glorioso, siempre me llamó la atención, y me parece uno de los espectáculos que más merecen la pena en este mundo.
En esta vida siempre he sido más partidario del erotismo que de la pornografía, de sugerir que de enseñar, de lo picante que de lo obsceno. Y el tango es erótico, es sensual, es sugerente, es maravilloso como baile. Cuando veo a una pareja bailando tangos, la chica invariablemente se transforma en una diosa ante mis ojos: ese cuerpo cimbreante, ese vestido ajustado, esas piernas de vértigo... no me cansaría de verlo. Por eso desde aquí quiero exclamar: Viva el Tango!!!
miércoles, 13 de agosto de 2008
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1 opinión:
La música a mí me llega por medio del baile. Si puedo sentirla en el cuerpo me deleita los oídos. Con apenas un año iniciándome como bailarina ya he hecho mi selección de tangos clásicos y de algunas mezclas electrónicas. Pero bailar no se compara con nada, y aunque es dificilísimo sigo y sigo. Un abrazo tangero para ti, que otra de las cosas ricas del tango.
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