sábado, 16 de agosto de 2008

Mi primer microcuento


Olga cogió mi mano y dijo "salta", con voz firme, casi imperativa.
Sentí miedo. Delante solo veía el vacío, una inmensidad sin fondo donde no me atrevía a sumergirme.
Me miró confiada y en sus ojos vi la seguridad de quien ya había hecho eso antes.
-Salta conmigo, repitió.
Así que salté y caí en un profundo sueño, lleno de palabras e imágenes irreales.
Después ya no quise volver a despertar.

Ilustración: Giorgio de Chirico, "El Sueño del Adivino" (1913)