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Ilustración: Rob Gonsalves
Cuando el profesor Sandoval anda suelto, cualquier cosa puede ocurrir. Y qué decir si en su camino se cruzan una computadora muy femenina y algún que otro personaje heliconio. Si a esto le unimos que el Doctor Gautvel puso otras dos manos en el cuento, el resultado no puede ser más que sorprendente, divertido y con un toque (¿de veras, sólo un toque?) surrealista.
Nada que ver con la tristeza de la soledad. De la soledad de un niño, en una historia estremecedora y llena de poesía. Y de la soledad del hombre ante un extraño acontecimiento en el que se conjuran todos los factores del poder en una mezcla intrigante entre la novela de espionaje y lo kafkiano...
Soy de los que opinan que cuando leemos un cuento cambia algo en nuestra vida para siempre. Nuestra forma de pensar, nuestra apertura de miras, nuestras ilusiones, nuestros miedos y también nuestras expectativas.
Si os parece prometedor este menú, la invitación está abierta. Os aseguro que después de leer
Trans, de Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
Me fui como para no volver, de Graciela Cristina Strañák
Cero Siete Dos Tres Cinco, de Camilo Fernández
algo dentro de vosotros habrá cambiado para siempre. Podéis comprobarlo pasando por Breves no tan Breves
2 opiniones:
GENIALES tu blog y tu twitter, soy "fan" desde ya. ¡Un saludo! :Sara
Muchísimas gracias, Saroide.
Pese a todo, tengo este blog bastante abandonado (aunque fue el primero que creé). Te invito a que visites los otros, hay muchos donde poder leer, no sólo a mí, sino a un puñado de buenos amigos que lo hacen realmente bien.
Un saludo.
Javi.
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