lunes, 15 de noviembre de 2010

3 poemas en Poemia, cerrando una semana de lecturas

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Aún es domingo, aunque quedan pocas horas. Momento para tomar unas buenas hierbas, al gusto de cada uno, antes de que llegue el lunes con sus garras afiladas de primer día, y nos saque del sueño de que hemos sido dueños de nosotros mismos durante el fin de semana.

Para tener algo más a nuestro favor, os invito a terminar el día con estos poemas:

Ars poética - Antonio Cruz
Poema con todo tipo de inconvenientes - Miguel Dorelo
La gente quiere leerme - Aazam Abidov

que están, dónde si no, en Poemia.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Nunca tenemos suficiente

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Remedios Varo, "Laboratorio" (1947)

Están aún recientes los cuentos que publicó Sergio Gaut vel Hartman en Químicamente Impuro. Una de las mayores publicaciones que se han hecho hasta la fecha, compuesta por 29 cuentos.

Pero sabíamos que no era suficiente. Todos los que hemos probado alguna vez dosis de química impura, nos hemos convertido en voraces e insaciables consumidores, que sufrimos una especie de síndrome de abstinencia cuando no hay nuevos cuentos. Además, estoy seguro de que muchos habréis leído ya los 29 cuentos y vuestro organismo estará demandando nuevas dosis que produzcan esa calma que sólo es capaz de provocar un antídoto. Y la lectura lo es, contra muchos de los males que padece nuestra sociedad: la falta de humanidad y comprensión, las prisas, el estrés, la incomunicación...

Den una vuelta por Químicamente Impuro y calmen su síndrome con seis nuevas propuestas:

Turista - Héctor Ranea & Javier López
Un día de pesca - María Brachetta
Al origen - Raúl Sánchez Quiles
Tabú - Enrique Anderson Imbert
¡Clic! - Daniel Sánchez Bonet
Tiempo perfecto - Nicolás Ferraiolo

Se agradecerá difundirlos y comentarlos.


domingo, 10 de octubre de 2010

El equipaje - Javier López & Oriana Pickmann

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Llegué a la estación de tren en taxi, el mismo en el que pensaba marcharme cuando me hubiera deshecho de la maleta que me acompañaba, y que no permití que el conductor metiera en el portaequipajes.
La estación estaba bastante transitada a esa hora. Una maleta olvidada en una estación vacía resultaba demasiado sospechosa. Pero eran las 11:30 y, entre el tumulto, esperaba que nadie se percatara y pusiera en alerta a los agentes de seguridad antes de que yo hubiera huido.
Me situé en un lugar donde había bastante gente, cerca de las pizarras electrónicas en las que se anunciaban salidas y llegadas. La dejé en el suelo, junto a mis pies, y aproveché un momento en que nadie parecía mirarme para empezar a caminar. En principio despacio, como si paseara, pero conforme me iba alejando de aquella maleta de cuero y textil, a punto de estallar, fui aligerando la marcha. Atravesé la puerta de salida y, justo cuando iba a agarrar el picaporte del taxi —que me había estado esperando—, para abrir la portezuela, una mano se apoyaba en mi hombro:
—Señor, ha olvidado su maleta —una voz grave sonó detrás de mí.
Ya era la tercera vez que fracasaba. De nuevo no podía deshacerme de aquella pesada carga en la que había encerrado mis temores, mis malos recuerdos y las peores experiencias de mi vida. Tendría que volver a intentarlo. Quizá pudiera conseguirlo en la próxima estación...



Publicado en:
Breves no tan breves: El equipaje - Javier López & Oriana Pickmann:

jueves, 19 de agosto de 2010

Seis cuentos físicamente cortos, químicamente impuros.

Seis torres. Templo de Salt Lake City


La definición de adocenado, según el diccionario de la RAE, es "vulgar y de muy escaso mérito". Imagino que el origen de esa palabra tiene que ver con la docena, porque raramente las cosas que vienen agrupadas en esa cantidad tienen un carácter original.
¿Y si tomáramos la mitad? Entonces tendríamos un conjunto medio adocenado. Y, sin embargo, el resultado podría ser brillante y espléndido, lo cuál quiere decir "magnífico, dotado de singular excelencia".
Esa es, al menos, mi valoración de los cuentos elegidos. Espero que sintáis lo mismo y que disfrutéis con la rápida, ágil y entretenida lectura de:


Si no sonríen con algunos de ellos y se sorprenden con otros tantos, comprueben que realmente han despertado y, posteriormente, que les late el corazón. Una vez hechas estas comprobaciones, vuelvan a intentarlo. Están en Químicamente Impuro.

jueves, 22 de julio de 2010

Cuatro poemas entre el cielo y el suelo, en Poemia

 El Parnaso, según Andrea Mantegna (1497)

Hay poemas que nacen en las mismas laderas del Parnaso, en las que dioses y hombres comparten el amor por la belleza, la sensualidad y la palabra.
Y poemas que surgen en la barra de un bar, animados por los vapores del alcohol y cegados por el humo de un cigarrillo.
A veces confluyen. Porque, aunque somos humanos, la poesía nos acerca al alma, a ese lugar profundo en el que residen los dioses.
Entren a tomar algo en Poemia. Disfruten de estas lecturas sobre amor, contemplación, miedo y belleza de carne y de piedra.
Con suerte, quizá sea la mismísima Erato quien les sirva la última copa, mientras leen:

Duermes, de Antonio Cruz
Pájaros en el desierto, de Aldo Novelli
Camafeo, de Claudia Isabel Lonfat

y como siempre un clásico, en este caso de la primera generación de la posguerra española:

A una estatua de mujer desnuda, de Dionisio Ridruejo

domingo, 18 de julio de 2010

En el paseo marítimo

Recién anochecía y el paseo estaba muy animado. Por el carril bici corrían chicas con patines y chicos con bibicletas. Paseaban parejas, familias con niños y perros. Entre todo ese movimiento creí reconocer a un  viejo amigo. Traté de acercarme a él, pero, cuando estaba a pocos metros, sentí que algo me retenía. Mi dueño acababa de tensar la cuerda de la correa. Entonces pensé, una vez más, que estos humanos dicen querer mucho a sus mascotas, pero no respetan para nada nuestras relaciones sociales.

jueves, 15 de julio de 2010

Tres cuentos breves para un buen rato de lectura

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Ilustración: Rob Gonsalves

Cuando el profesor Sandoval anda suelto, cualquier cosa puede ocurrir. Y qué decir si en su camino se cruzan una computadora muy femenina y algún que otro personaje heliconio. Si a esto le unimos que el Doctor Gautvel puso otras dos manos en el cuento, el resultado no puede ser más que sorprendente, divertido y con un toque (¿de veras, sólo un toque?) surrealista.

Nada que ver con la tristeza de la soledad. De la soledad de un niño, en una historia estremecedora y llena de poesía. Y de la soledad del hombre ante un extraño acontecimiento en el que se conjuran todos los factores del poder en una mezcla intrigante entre la novela de espionaje y lo kafkiano...

Soy de los que opinan que cuando leemos un cuento cambia algo en nuestra vida para siempre. Nuestra forma de pensar, nuestra apertura de miras, nuestras ilusiones, nuestros miedos y también nuestras expectativas.

Si os parece prometedor este menú, la invitación está abierta. Os aseguro que después de leer

Trans, de Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman

Me fui como para no volver, de Graciela Cristina Strañák

Cero Siete Dos Tres Cinco, de Camilo Fernández


algo dentro de vosotros habrá cambiado para siempre. Podéis comprobarlo pasando por Breves no tan Breves

Seis cuentos que desentrañarán muchos enigmas...

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Ilustración: Bjarne Holst "Espera silenciosa" (1974)

Escuché una leyenda de origen impuro que hablaba de un hombre encarcelado que pasó toda una vida entre rejas mirando una pecera. En la cárcel le negaron en principio la posibilidad de tenerla, porque podría romperla y usar los cristales para herir a alguien o incluso para suicidarse.

Él consiguió demostrar que tenía una poderosa razón para no hacerlo: cuando por fin fuera libre escribiría un libro con el que estaba seguro de ganar el premio Nobel. Y se comprometía a firmar un ejemplar dedicado al alcaide.

Finalmente el prisionero no cumplió su palabra. Tras tres décadas de observar a varias generaciones de peces también apresados entre paredes de cristal, salió de la cárcel convertido en un profeta loco que vaticinó un temible terremoto que acabaría con la humanidad...

Aún no sabemos si eso ocurrirá. Pero mientras tanto, quizá estos seis cuentos, tan impuros como la leyenda, puedan aclarar algo la cuestión. La respuesta sólo podemos saberla si nos adentramos en los laberintos de Químicamente Impuro para leer:

Rejas, de Antonio Cruz

Apunte de Pecera, de Olga A. de Linares


De oficio, de Una Pérez Ruiz


Literatura, de Sergio Gaut vel Hartman


Profeta inexperto, de Carlos Feinstein


jueves, 13 de mayo de 2010

Armonías en ocre y negro

Una selección de litografías basadas en estos dos colores.

Maurice Denis -  Les Pleureuses (1893)

Odilon Redon - Beatrice (1897)

Grzegorz Domaradzki aka Gabz - Untitled (2001)

Erich Heckel - Handstand (1916)
Edvard Munch - Death and the Maiden

Stefan Norblin - Lwow (1928)

Oskar Schlemmer - Figure Design (1922)

Litografía para la exposición Fernand Leger (1949)

Theo van Hoytema - January 1905 (calendario)

Lucie Tatarová - Litografía (1996)

martes, 11 de mayo de 2010

Hoy Poemia se llena de magia con seis nuevos poemas

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Giorgio de Chirico: "The Archeologist"

La magia es que Quevedo le diga a Daniel Frini
"che, ¡que bueno!".
La magia es que Celaya comparta con Dorelo
el gusto por la mejor poesía.
Y que Oriana tercie entre ellos
con sus serenidades,
y que Gilda nos enseñe que el amor
es otra forma de vivir la vida.

Son seis poemas, seis pedazos de alma,
seis tristezas, seis instantes,
seis pesares y seis nuevas alegrías,
traídas a Poemia de la mano
de seis poetas
unos que son amigos del presente,
otros que son recuerdo del pasado:

Daniel Frini - Elegía para José, que fue mi abuelo.
Hermosísimo homenaje de Daniel.

Gabriel Celaya - (Cómo vas muriendo).
Lo que hace que la vida tenga tanto valor, es la muerte.

Miguel Dorelo - Vientos de cambio.
La poesía de Miguel está creciendo.

Oriana Pickmann - serenidades.
Sencillo y delicioso, como tantos poemas de Oriana.

Gilda Manso - Presencia.
Cuando el amor lo invade todo, el mundo sólo es algo que está ahí afuera.

Francisco de Quevedo - ¡Cómo de entre mis manos te resbalas!
La obsesión por la vida y por la muerte, una constante en el corazón humano.

Os invito a pasar por Poemia para poder disfrutarlos.

jueves, 6 de mayo de 2010

El seis del cinco, cinco cuentos breves

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Números, números, números. Nos siguen, nos persiguen.

Nos levantamos a las siete de la mañana, tomamos una taza de café, luego la línea 3 del autobús, para llegar a las ocho al trabajo. Con suerte a las diez tendremos un descanso, cuatro amigos compartirán un rato de charla y el segundo o tercer café del día, pero hasta las dos no podremos salir de nuestra pequeña prisión.

Quizá a las tres treinta tengamos que volver al trabajo, es posible que a las seis acabe nuestra jornada y salgamos a tomar un par de cervezas. A las nueve estaremos en casa frente al televisor, gastando unas horas antes de ir a dormir.

Apaguemos la tele por un rato y leamos estos cinco cuentos breves. Será una forma numéricamente más satisfactoria de terminar el día (aunque conozco otra que ahora no viene al caso), con estos maestros de la cábala:

Salvador Mira: 5 sonidos.

Walter Böhmer: Sólo tres.

Oriana Pickmann: Número de la suerte.

Héctor Ranea: 7 maneras 7.

Andrés Martín Terzaghi: Doscientas cincuenta palabras.


Y están publicados, bajo código secreto —que seguro sabréis descifrar—, en Breves no tan Breves.

viernes, 30 de abril de 2010

Ráfagas con un aire familiar

"Retrato de familia", Pablo Picasso.

Mi madre le dijo a mi tío que el abuelo estaba delirando.

Rápidamente me acerqué a su dormitorio, para ver qué le ocurría. Porque lo único que hacían los demás parientes era avisarse unos a otros. Empezaron a llamar a sobrinos, cuñados, primos, tíos, yernos y nueras. Pero nadie venía, y el pobre abuelo estaba cada vez peor.

Cuando me acerqué a su lecho —que por un instante pensé que era el de su muerte— me di cuenta de que no deliraba. Contaba historias sobre números primos, hermanos gemelos y choznos. Pero lo hacía en voz baja y poco inteligible, porque había estado bebiendo un vino de crianza joven, pensando que aquellas uvas, nietas lejanas de las de cuyo zumo bebió en su juventud, no podían hacerle mal, sino bien.

Y éstas fueron las historias que el abuelo me contó:

lunes, 22 de marzo de 2010

Alegría - Cirque du Soleil

La increíble voz de Francesca Gagnon comunica una alegría que es capaz de penetrar por cada uno de nuestros poros. Si a eso unimos las imágenes del Circo más espectacular de todos los tiempos, resulta este maravilloso vídeo.