Nunca le habían gustado, pero desde que encontró aquél nuevo empleo en una empresa de inversiones, tuvo que trabajar con agenda.
Realmente le resultaba poco agradable pormenorizar el futuro, siempre se había dedicado a empleos autónomos en los que él tomaba las decisiones sobre su tiempo, y sus citas eran solo apuntes anotados en la memoria y rara vez escritos. En todo caso, garabateados en un papel.
La agenda se la proporcionaron en la empresa. Observó el "2008" impreso en la portada. Iba a durar poco, ya era septiembre. Además quedaría un buen montón de páginas vacías hasta su primer apunte. Así que decidió poner una marca de color pegada en el punto de inicio.
Trabajó con ella diariamente. Las citas con los clientes, las reuniones, todo anotado hora por hora. Se convirtió en rutina, y era la primera consulta que hacía cada mañana al iniciar su trabajo, y la última cada noche antes de acostarse.
Seis semanas después de conseguir ese empleo, iba a ocurrir algo que no le dejaría dormir esa noche. Al tratar de planificar el día siguiente, observó que antes de la marca de color el corte de las páginas era irregular, igual que las de un libro usado. Con extrañeza, quiso comprobar de qué se trataba.
Algo aparecía escrito, con su propia letra, en esa parte de la agenda que debía estar en blanco. Comenzó a leer una intrincada trama de contactos, acontecimientos y citas. Todo era tan extraño como para desconcertarle, pero curiosamente lo que leía parecía inspirado en algunos hechos que realmente estaban sucediendo.
Operaciones y reuniones a las que no había dado mayor trascendencia, eran el principio de algo a lo que no daba crédito, y que lo convertían en el centro de una intriga y en el objetivo de una red de blanqueo. Él había hecho algo, sin saberlo, que no estaba en el guión. Y eso habría enfadado enormemente a alguien.
Aún así, lo más inquietante aparecía en las páginas posteriores a la última anotación que él conscientemente hubiera hecho: se narraba el desenlace de los acontecimientos. Palideció desde que comenzó la lectura.
Ya no tendría que ir mañana a trabajar. Estaba muerto.
Realmente le resultaba poco agradable pormenorizar el futuro, siempre se había dedicado a empleos autónomos en los que él tomaba las decisiones sobre su tiempo, y sus citas eran solo apuntes anotados en la memoria y rara vez escritos. En todo caso, garabateados en un papel.
La agenda se la proporcionaron en la empresa. Observó el "2008" impreso en la portada. Iba a durar poco, ya era septiembre. Además quedaría un buen montón de páginas vacías hasta su primer apunte. Así que decidió poner una marca de color pegada en el punto de inicio.
Trabajó con ella diariamente. Las citas con los clientes, las reuniones, todo anotado hora por hora. Se convirtió en rutina, y era la primera consulta que hacía cada mañana al iniciar su trabajo, y la última cada noche antes de acostarse.
Seis semanas después de conseguir ese empleo, iba a ocurrir algo que no le dejaría dormir esa noche. Al tratar de planificar el día siguiente, observó que antes de la marca de color el corte de las páginas era irregular, igual que las de un libro usado. Con extrañeza, quiso comprobar de qué se trataba.
Algo aparecía escrito, con su propia letra, en esa parte de la agenda que debía estar en blanco. Comenzó a leer una intrincada trama de contactos, acontecimientos y citas. Todo era tan extraño como para desconcertarle, pero curiosamente lo que leía parecía inspirado en algunos hechos que realmente estaban sucediendo.
Operaciones y reuniones a las que no había dado mayor trascendencia, eran el principio de algo a lo que no daba crédito, y que lo convertían en el centro de una intriga y en el objetivo de una red de blanqueo. Él había hecho algo, sin saberlo, que no estaba en el guión. Y eso habría enfadado enormemente a alguien.
Aún así, lo más inquietante aparecía en las páginas posteriores a la última anotación que él conscientemente hubiera hecho: se narraba el desenlace de los acontecimientos. Palideció desde que comenzó la lectura.
Ya no tendría que ir mañana a trabajar. Estaba muerto.
1 opinión:
Inquietante relato, Javi, ¿será un temor a desenlaces similares que me lleva, también a mí, a rechazar las agendas y ese pormenizar la vida?
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